miércoles, 14 de noviembre de 2007

DECLARACIÓN FINAL

No es el hambre, el bolsillo vacío o el rostro saqueado,
lo que sustenta toda teoría de las calamidades.
No es el sueño, el plagio siempre consciente,
la incertidumbre,
la indiferencia.

Aquel rincón oscuro es el miedo.
Ustedes en la mesa del café un espejismo
¿oyen cantar a las madres como grillos del verano?
Los demonios de los días de guardar
es la gente que se ausenta de las calles.

Pero aquí está la muerte,
pide un beso,
una jeringa,
pasa lista frente al muro de ladrillos de cristal
y todos firmes, han llegado a tiempo para la foto.

Pero yo,
demasiado tierno y sentimental para escandalizar a alguien,
demasiado tímido para repetir la burla
o ser obsceno,
sé que masturbarse en público
aún hoy produce escándalo.
Por lo tanto me retiro,
un tanto avergonzado
a mis espasmos privados.

2 comentarios:

Zamara dijo...

Eso de las masturbaciones en público me trae a la mente algunas anécdotas muy buenas y tijuaneras.

Mira, topé con este blog y resulta que eres el mismo vato del twitter.

Saludos.

Kepbem dijo...

Verdaderamente este texto me tocó, llega mucho, imágenes muy buenas... me encantó jajaja